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UNA HISTORIA PERSONAL DEL AUDIO PORTÁTIL


El Reyes

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CAPÍTULO 1: El walkman

Me gustan los equipos de sonido portátiles. Tengo 10… desde un Walkman de cassettes Sony hasta un equipo de alta resolución de última generación.
Acá algunas reflexiones sobre esta pasión. 


Parte I. El Walkman de Sony


Más de 100 años después del fonoautógrafo y del fonógrafo, SONY revoluciona el mercado con la aparición del Walkman. Se trataba del modelo TPS-L2. Era el año 1979 y el casete (la musicassette para ser exactos) llevaba 15 años de extraordinaria salud. Era el formato ideal para convertirse en portátil. Es cierto que antes existieron radios portátiles. Primero las radios a galena, desde los años 20, hasta las transistorizadas de los años 50s (con un auge en los 60s y 70s), e incluso tocadiscos “portátiles” (a pilas o baterías). Pero eso de andar caminando con la música que nos gustaba (no con la impuesta) era un sueño lejano hasta fines de los 70s. En los 70s Maxell masificó la posibilidad de grabar música en casetes vírgenes. Ahí estábamos nosotros, listos para dar el salto de la radio portátil a transistores al lector de casetes portátil. La diferencia era poder reproducir lo que quisiéramos, incluso lo que habíamos grabado desde la radio, no lo que nos obligaban a oír.


La historia es conocida, pero es más bien un mito: Masaru Ibuka, uno de los principales de la SONY y melómano furioso quería un aparato que le permitiera  oír sus óperas y sinfonías mientras caminaba. Y le hicieron el modelo que todavía convoca a coleccionistas y nostálgicos. La verdad es que salió entre la idea del brasileño Andreas Pavel y los ingenieros de la SONY movidos por la necesidad de Ibuka de oír música tranquilo sin molestar al resto. Akio Morita, el amigo de Karajan, fue quien mandó a diseñar el Walkman tal como lo conocemos. Sony le pagó los derechos a Pavel y el resto es historia.


Yo tenía una radio portátil a pilas. Era AM. En casa había una un poco más grande que tenía FM, aparte de un equipo de sonido modular en el living. Pero no se me ocurría salir a la calle con mi radio portátil. No me interesaba. Eso cambiaría. Mi primer contacto con un Walkman fue a principios de los 80s en la casa de mis tíos de Quillota. El aparato en cuestión pertenecía a un primo. No lo podía creer. Se usaban unos audífonos metálicos (bastante buenos por lo que recuerdo) con esponjas delgadas. Era como un equipo de sonido de verdad en tu propia mano.


Yo no tenía la posibilidad comprarme uno y me resignaba a oír música en los equipos hogareños con unos audífonos que compré en la desparecida tienda Music Hall de don Óscar Vidal (recientemente fallecido) en Puerto Montt. Fue en la universidad, corría el año 1988, y gracias a la Beca Presidente de la República (recibida de la propia y sanguinolenta mano del Capitán General en el Diego Portales) pude adquirir un Personal Stereo, creo que fue un Panasonic. Después vendrían al menos unos 5 más. Un Samsung y unos tres Sony. Los modelos evolucionaban. Traían Dolby, radio, ecualizador, auto reversa, selector de cintas, sonaban mejor, incluso los audífonos mejoraban (recuerdo unos SONY engomados que eran mis favoritos… ). El último modelo que compré en los 90s todavía lo conservo (tengo 2). Está funcionando y suena muy bien.


Qué decir. Si hubiese un premio para las tecnologías que nos han hecho felices, quizá estos portátiles se llevarían el primer lugar. Tanta felicidad con tan poco. Por eso conservo más de 300 casetes y tengo incluso un Deck. Todavía me emociona poder oír música en estos aparatos y créanme, si el cassette está en buen estado, suena mejor, al menos, que un MP3 y a veces mejor que un CD en un equipo de los básicos.


Sony dejó de producir el Walkman para casetes en 2010, pero todavía hay empresas que fabrican estos lectores portátiles de cassettes, algunos con un circuito que permite trasladar la cinta a MP3 (son un asco) y otros de “alta gama”, para fanáticos del soporte… yo he estado tentado de comprar uno.


La marca Walkman sigue vigente, pero en otros soportes. Ya diremos algo…
 

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El mítico primer Walkman, el  TPS-L2 (1979). Era esencialmente un modelo de la grabadora de mano pasada a estéreo y sin la función de grabación incorporada. Los audífonos no se ven nada de mal. 

sony_tps-l2_cat_03.jpg

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hace 1 hora, El Reyes dijo:

El mítico primer Walkman, el  TPS-L2 (1979). Era esencialmente un modelo de la grabadora de mano pasada a estéreo y sin la función de grabación incorporada. Los audífonos no se ven nada de mal. 

sony_tps-l2_cat_03.jpg

Buen detalle el que tenga dos entradas para audifonos.

 

Y ese mic que se arriba?

 

 

"Creemos ser país y la verdad es que somos apenas paisaje" Nicanor Parra

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hace 2 horas, cesoto dijo:

Buen detalle el que tenga dos entradas para audifonos.

 

Y ese mic que se arriba?

 

 

Me parece que era para abrir la tapa o quizá una función para poder oír el exterior... me parece que este modelo la tenía.

Editado por El Reyes
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hace 12 minutos, El Reyes dijo:

Me parece que era para abrir la tapa.

Parece que traia microfono:

Y que detalle el poder controlar el volumen de cada canal.

 

sony-walkman-side-b.jpg

 

sony-walkman-skate-box.jpg

"Creemos ser país y la verdad es que somos apenas paisaje" Nicanor Parra

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hace 9 minutos, cesoto dijo:

Parece que traia microfono:

Y que detalle el poder controlar el volumen de cada canal.

 

sony-walkman-side-b.jpg

 

sony-walkman-skate-box.jpg

Al parecer el micrófono era solamente para oír el exterior: una hot line, no para grabar. 

Acá algunos detalles. Incluso unas fotos que parecen indicar que esa doble entrada permitía entrada balanceada de audífonos.

http://www.walkman-archive.com/gadgets/walkman_sony_01_tps-l2_eng_v3.htm

Editado por El Reyes
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On 7/8/2017 at 21:58, El Reyes dijo:

Me parece que era para abrir la tapa o quizá una función para poder oír el exterior... me parece que este modelo la tenía.

lo tuve en 1982-1983...llego junto con el cassete de Seru Giran "no llores por mi Argentina"

 

aun esta en casa de mis padres.....

el boton naranja era para comunicarse entre los auriculares, o para oir el exterior.

vamos, que accionaba microfono exterior.

GENIAL!

Editado por marianisimo
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CAPÍTULO 2: APARECE EL DISCO COMPACTO

Recuerdo una noche, quizá de 1984. Me aprestaba a oír el programa nocturno “Diálogos con la Música” de la radio Coral de Puerto Montt. El programa estaba a cargo del querido - y recientemente fallecido- don Héctor Pérez García. Fue una sorpresa. Don Héctor no daba la bienvenida como era habitual. En esa ocasión se oía una furiosa trompetería de una cantata de Bach (no recuerdo bien). Tras unos 5 minutos, don Héctor anunciaba: “¿Les gustó el sonido, queridos auditores? Se trata de una grabación en cassette de cromo de un disco compacto”. 


Fue la primera vez que oía una grabación de CD, aunque sea a través de la transmisión radial (cuando las radios transmitían en vivo y sin archivos comprimidos) de una grabación en un buen cassette. Yo ya sabía de la existencia del disco compacto y para un provinciano chileno eso era ciencia ficción e inalcanzable. El precio de un lector entonces superaba el millón doscientos mil pesos actuales. Yo solamente oía radio y música en el equipo musical de la casa.


El lector de compactos existe comercialmente desde 1980. Las primeras grabaciones realizadas directamente para el nuevo soporte fueron la Sinfonía Alpina de R. Strauss con Karajan (DG) y los Valses de Chopin (Philips) por Claudio Arrau. Sin embargo, las grabaciones digitales existían ya en los 70s. Se trataba de LPs con registros masterizados digitalmente pero pasados a soporte análogo. El salto a CD era inminente. Karajan y sus amigos japoneses de la Sony sabían que el CD se impondría. Philips y Sony comenzaron con el asunto y tuvieron reuniones para fijar las características comerciales de la innovación. Se fijó entonces una extensión de 74 minutos, lo suficiente para poder almacenar la Novena Sinfonía de Beethoven. Después su extensión llegaría a los 80 o incluso a 82 minutos.


En mi periodo de estudiante universitario ochentero tuve varios personal stereo o Walkman de cassette. Tenía muchos cassettes y pocos Lps. En 1990 compré mi primer CD (un Stabat Mater de Dvorak de un sello inclasificable al que seguirían los Lieder de Mahler con Bernstein-Hampson carísimo, 12.000 pesos de entonces). Pagué además el equivalente a un cassette original para que me pasaran estos compactos a cassette. Así se hacía entonces… y así lo hice durante algún tiempo.


Fue recién en 1995 o 1996 cuando la Directora del colegio en donde dictaba mis primeras clases, me prestó un lector de compactos portátil (un SONY, el glorioso D-50 comprado en EE.UU.) para que conociera las Vísperas de Monteverdi. En la comodidad de mi casa y con unos audífonos Sony de Walkman, pude oír un CD de primera fuente. El D-50 era portátil, pero era un decir. En realidad no era como para andar en la calle, ya que requería corriente directa o batería externa. 


Después de eso, compré mi primer lector de CD con salida de audífono, también fue un SONY (el D121). Me costó mucho menos que un D-50. era lo que oía en casa fundamentalmente, ya que en la calle no se podía andar con estos aparatos porque saltaban de pista al primer movimiento y eran relativamente pesados. Pese a eso, alcancé a usarlos fuera de casa una vez que compré un bolso que lo estabilizaba de modo muy efectivo. El aparato ya llevaba la marca DISCMAN.


El nuevo salto se produjo después del 2000. Me robaron mi querido D121 junto a varios discos (a la salida de una tanguería… lo había dejado en el interior de un auto)  y entonces compré otro modelo que era más liviano y no saltaba (el D-EJ100), además se oía mejor. Tenía la etiqueta Walkman y recuerdo que era bastante barato. 


Desde que salieron el mercado en 1984, los Discman bajaban de precio cada de año. Con el estuche tipo banano, pasé parte de fines de los 90s y los primeros años del Siglo XXI oyendo compactos en la micro y en la calle. Hoy sería un poco aparatoso, pero para entonces era lo máximo. Recuerdo haber viajado a Italia con ese aparato que conservé hasta que nuevamente me lo robaron cuando hice unos arreglos en la casa hace unos 12 años atrás. La verdad, lo ocupaba poco.


A esos DISCMAN les debo audiciones memorables: Un ciclo Bruckner completo en Puerto Octay. Los últimos cuartetos de Beethoven caminando por la orilla del mar camino a Chamiza. En fin…


Después tuve un lector de DVD-CD-CD y DVD MP3 portátil Philips con parlante incluido. Un chiche extraordinario, aunque algo aparatoso. Mi último lector de CD portátil fue uno marca Chancho, con pilar recargables y que leía MP3 y hasta video en archivo MPG, que terminé vendiendo porque ya no se usan. Para eso están los lectores portátiles de música con la misma o superior calidad.


Todavía se pueden comprar DISCMAN o  Walkman CD SONY usados. Son buenos aparatos. Tienen line out y permiten tener algo del sonido digital a bajo precio. 
 

Editado por El Reyes
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Excelente historia, de alguna u otra manera, a todos los que nos gusta la música, sin importar el estilo, hemos pasado por un proceso similar, yo en particular me compré mi primer CD por el 1996 y mi primer Discman en 1997, sabía de la existencia de los CDs por que los ví en el programa Mundo, del canal 13, pero los vine a conocer en persona como en 1992.

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Yo tuve un Walkman original. Tenía dos audífonos, uno "para él" y uno "para ella". Si uno apretaba el botón "hotline" se activaba el micrófono, que NO ERA para grabar, sino para conversar con la minita por encima del escándalo de la música que ambos escuchábamos. Estaba pensado para bailar en pareja escuchando música a todo cachete, y eso servía para poder ponerle palabras y usar el don de la palabra con ella... 

Como algunos detalles, venía con un solo par de audífonos, que era muy bueno en calidad, pero tenía unas esponjas que se deshacían fácilmente después de algo de uso. Venía con un estuche negro de cuerina que lo protegía del sudor, dado que se suponía que se llevaba en la mano... El nivel de sonido era estruendoso, y si podías conseguir un par de audífonos adicionales, se podía usar entre dos:

sony-walkman-skate-box.jpg

 

En la práctica no se conseguían los audífonos adicionales, ni esponjas de repuesto, lo que hacía que fueran muy robables... y los propios walkmans también, eran muy apetecibles... y los de marca Sony eran carozzis... El cuerpo y los fonos del walkman eran de muy buena calidad, totalmente metálicos... 

Después salieron productos idénticos, réplicas, copias, o falsificaciones (o licenciados) que eran mucho más baratos, pero con más plástico. Los Sony siempre fueron los mejores, acá salen varias series (y de otras marcas):

http://pocketcalculatorshow.com/walkman/sony/

 

Se bella ciu satore
Je notre so cafore
Je notre si cavore
Je la tu, la ti, la tua
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No se, seré raro en este tema, pero nunca me ha llamado la atención ir por la calle con audífonos, con peligro de que te pueda pasar algún accidente.

En todo caso buenas historias.

Cada loco con su tema.

 

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hace 19 horas, Del Mortes dijo:

No se, seré raro en este tema, pero nunca me ha llamado la atención ir por la calle con audífonos, con peligro de que te pueda pasar algún accidente.

En todo caso buenas historias.

Cada loco con su tema.

 

 

 

Caminar por un parque con audífonos (con buena música) + observación de campo = videoclip en tiempo real.

 

 

 

=> te has perdido la mitad de tu vida! :D 

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"Creemos ser país y la verdad es que somos apenas paisaje" Nicanor Parra

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Marty McFly tenía un AIWA:
b0c7ac959b2988db90b68f40b6570c20.jpg

 

Y hubiera podido llevarse un iPod al pasado, qué gil... 

 

 

Se bella ciu satore
Je notre so cafore
Je notre si cavore
Je la tu, la ti, la tua
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Un resumen de los primeros aparatos portátiles

Musi Cassette (cassette)
Primer lector: 

1963: Philips EL 3300 (¿?)
Primer portátil: 
1979: SONY TPS-L2 (500 dólares de 2014)

Disco compacto (CD)
Primer lector: 

1982: SONY CDP 101 (750 dólares de la época)
Primer portátil:
1984: SONY D-5 (o D-50) (450 dólares de la época)

Digital audio tape (DAT)
Primer lector:

1987: SONY DTC-1000ES (¿?)
Primer portátil
1992: SONY TCD-D3 (850 dólares de la época)

MINIDISC
Primer lector y primer portátil

1992: SONY MZ-1 (750 dólares de la época)

 

Capítulo 3: El breve reinado del MINIDISC y del DAT o el día que casi me fui preso.


Empezaba el siglo XXI y en los comercios locales comenzaron a aparecer a precios más o menos razonables unos pequeños aparatos que prometían la calidad de un CD pero con menor tamaño y con la increíble capacidad de grabar “eternamente” el mismo disco: era el MINIDISC de SONY (después pasaría a otras marcas). En Europa y Japón se vendían muy bien ocupando entre un tercio y la mitad de los lectores portátiles vendidos durante 1999-2003. La razón era lógica, reemplazaban a los menos costosos pero también menos versátiles y cómodos lectores portátiles de cassettes y CD (que además saltaban si se caminaba con ellos). El Minidisc podía editar y almacenar la música con una calidad inimaginable hasta ese entonces. Por si fuera poco grababa con una calidad increíble desde el vivo. Era sin duda, el real antecesor de los aparatos actuales de música comprimida. Hasta ese entonces, uno estaba obligado a grabar un concierto en vivo desde una grabadora de mano (por ahí tengo un recital de José van Dam en el Teatro Municipal tomado con grabadora de cassettes estéreo de mano… digamos que el sonido no era un lujo) o bien poseer una grabadora costosa a baterías (como la de la película DIVA) o un DAT, también muy costoso.


El Minidisc existe desde 1992 y es el primer formato que nace como formato portátil y no como una adaptación: era el MZ 1. Se difundió con cierta lentitud -con un auge alrededor del 2000-. Prometía ser el cruce de la portabilidad de un walkman y un discman. Podía almacenar bastante música (hasta más de 300 minutos en algunos de sus formatos) en un disco pequeño con calidad semejante a un Mp3 de alta calidad: el archivo ATRAC (después hubo modelos de Minidisc con resolución mejorada y con mayores prestaciones). 


La única competencia, anterior al MINIDISC, pero más cara y que al parecer terminó restringiéndose  a las grabaciones de estudio, fue el DAT (cinta de audio digital). Surgido como prototipo a la par del Walkman de cassettes en 1979, con salida comercial en 1987 y adaptado a tamaño portátil en 1992, los primeros modelos superarían el millón de pesos actuales. Yo oí uno a mediados de los 90s, en la sala de música de Carlos Weill en Puerto Montt (lo había traído de Alemania). Carlos es un destacado organista que hoy reside en Alemania. Recuerdo que grabó unos compactos directo al DAT y sonaban “iguales”. Además hacía sus registros desde el clavecín (tenía dos en su sala de música). En formato portátil jamás vi un DAT en directo, aunque los hubo y carísimos (lo siguen siendo en cierto modo). Lo que sí tuve en mis manos son grabaciones en DAT y en Minidisc que alcanzaron a sacar sellos como DG y Naxos. Los alcanzó a vender la Feria del disco hasta por el año 2003. De hecho, tengo en Minidisc los Tríos de Schubert en Naxos.


En 2001 compré un Minidisc Sony (unos 120.000 del año 2001). Con él he realizado cientos (quizá más de mil) grabaciones del vivo. Ahí están Zubin Mehta (varias veces), Concerto Italiano, Música Antigua de Colonia, grandes cantantes, pianistas y solistas.  Alcancé a usarlo como lector portátil, pero los Discman ya habían sacado modelos que no saltaban, así que su uso se restringió al de las grabaciones en vivo. 


… En una de esas grabaciones casi me meten preso. Un señor del Teatro Municipal con pinta de esbirro me sorprendió grabando un concierto que dirigía Juanjo Mena (la Séptima de Dvorak… muy bien por cierto). Al señor calvo y estirado le explicaba que comprendiera que lo hacía para uso personal, que las oía una vez más para hacerme una opinión seria de lo que había oído y que solía borrar los registros (lo que era cierto)… que si quisiera una Séptima de Dvorak ya tenía las de Kubelik y Neumann y no la de la Filarmónica de Santiago, con el respeto que me merece… que quizá me compraba la de Maazel. Me amenazaba con los señores carabineros para que le vaciara lo que llevaba en los bolsillos. Me negué mientras le decía: “genial, mañana en Artes y Letras podría aparecer un articulito: ”Melómano preso por grabar música clásica en el Teatro Municipal” con el subtítulo: el recinto no transmite sus conciertos, no difunde sus archivos y se lleva los impuestos de los contribuyentes, incluyendo los del procesado”. No le hizo gracia, pero me dejó ir. Después el director del Municipal, quien se enteró del asunto, un tipo muy gentil y con buen sentido del humor, me invitó a tomar un café y me explicaba el asunto de los derechos de autor y que había dado instrucciones para que la gente que grababa las funciones no fuera tratada como un seguidor de una barra brava.


El Minidisc casi no se usa, el DAT se usa un poco más. Fueron reemplazados por los lectores de archivos de audio portátiles (DAP) y por las grabadoras de alta resolución como las Tascman. Sin embargo, la función grabadora de estos aparatos sigue teniendo adeptos. Yo soy uno de ellos, por eso conservo mi Minidisc Sony.


Con la retirada del Minidisc y del DAT, Sony pierde el rumbo y abandona el mercado HiFi portátil para sacar sus celulares (la peor decisión de SONY) y Mp3 regularcitos no más. Pese a esfuerzos destacables en los últimos años, no ha logrado reposicionarse en este mercado que había dominado por cerca de 3 décadas. 

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El MD no fue tan popular al igual que al DAT, 

Technics SA-300+Music Hall USB-1+Winco 2150AB+Samsung SV-M180P+Sony BRAVIA KDL-32BX425+Sanyo M-9930K

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1 hour ago, AEZ-46 dijo:

El MD no fue tan popular al igual que al DAT, 

El MD fue popular en Japón (fue el formato predilecto por algunos años) y en partes de Europa. En Chile, poco, pero tuvo sus seguidores. Se alcanzó a vender a precios razonables en las grandes tiendas. El DAT nunca fue popular. Su uso era restringido para quienes lo usaban para masterizar sus propios registros.

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